La Vall d’Ebo es un municipio situado en la comarca de la Marina Alta, en la provincia de Alicante, dentro de la Comunidad Valenciana, España. Su historia está profundamente arraigada en la riqueza cultural y natural de la región. A continuación, se detalla un recorrido por su evolución histórica:
Prehistoria
Los asentamientos se localizan en abrigos y cuevas cerca de las fuentes de agua o de los barrancos, preferentemente encarados en el sur.
Las pinturas de los abrigos nos muestran que viven de la caza y la recolección. Los animales que aparecen en las representaciones parietales son: ciervos, cabras, cerdos jabalíes, caballos, bueyes, perros, aves e insectos. También podemos ver escenas de guerra y figuras esquemáticas antropomórficas y zoomórficas y motivos geométricos. Todo este conjunto de arte rupestre se incluyó en 1998 en la prestigiosa lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, dentro del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica.
Los yacimientos principales se encuentran a:
- La Cova Fosca (Paleolítico superior. C. 18.000 a.C. ). El santuario de arte rupestre más importante de la provincia de Alicante. Están documentados 31 paneles con grabados datados en un momento indeterminado del Magdaleniense. También un soterramiento múltiple con cerámica campaniforme (Eneolítico. C. 2.000 a.C.)
- L’abric de les Torrudanes (Del Neolítico hasta la Edad del Bronce. 4.500-1.500 a.C.): Arte Levantino y Esquemático.
- L’Almisserà (Del Eneolítico o E del Cobre. C. 2.500 a.C.): puntas de flecha.
- El Xillibre i la Costera del Benissit (E. Del Bronze. C. 1.500 a.C.)
- El Tossal Gran (E. del Hierro. Cult. Ibérica. C. 500 a.C.)

Época Romana
Solo se ha encontrado, en la Cariola, un mausoleo del siglo VI con dos tumbas (un hombre y una mujer), una garreta votiva de cerámica y una moneda del S. IV, con la esfinge de Constantí, puesto que había una villa romana en aquella época.
Época Islámica
A partir del S. VIII se produce la ocupación musulmana y el poblamiento con gente de origen bereber –y posiblemente también yemení- que se superpone en la población autóctona. Un largo proceso de aculturación lleva a que cuando se produce la conquista cristiana (a mitad del S. XIII) todos los pobladores de la Vall d’Ebo sean musulmanes andalusís.
En la Cariola se han encontrado materiales cerámicos y fábrica del S. XII que demuestran que ya estaba poblada por población musulmana antes de la conquista.
Desde la ocupación musulmana hasta la expulsión de los moriscos, en el siglo XVII, la comunidad musulmana (aljama) del Vall d’Ebo se distribuye en cierto número de alquerías (la palabra deriva del árabe qarya, que significa “lugar poblado”) que oscilan, al hogar del periodo, entre 5 y 7. La unidad de poblamiento de la alquería es el núcleo familiar que distribuye los habitáculos alrededor de un espacio compartido donde se realizan actividades comunes (hacer la comida, fregar, hilar el lino, etc). Desde aquí las nuevas familias que se incorporan lo harán añadiendo paredes a las del común. La mayoría de las alquerías se vertebran alrededor de la fuente de la Sierra, puesto que al ser la principal y más abundosa del valle permite la irrigación de las huertas que se extienden hacia el nordeste hasta llegar al lado del río.

La Conquista Cristiana
A partir de los años 40 del siglo XIII se produce tercera fase de la conquista cristiana del Reino de València por parte de Jaime I.
El 1245 aparece la primera mención documental conocida de la Vall d’Ebo (ABUH o HEBO) en el TRATADO DEL POUET firmado entre el niño Alfonso, en nombre de su padre Jaume, y el caudillo árabe Al-Azrak.

La Vall d’Ebo quedará como patrimonio real y, el 1248-49, el rey Jaime I, en el Libro del Reparto, concede a Pere de Vilaragut autorización para repoblar la Vall d’Ebo, indicando la tierra que debe de darse a cada colono. La Corona hace sucesivas donaciones de este patrimonio a miembros de la familia (Pedro de Ribagorça, Alfonso el Viejo) o personas muy destacadas de la corte (Bernat de Sarriá) pero siempre en condición de apanage (por la cual si el posesor muere sin descendencia legítima masculina, el patrimonio devuelve en la Corona).
Los musulmanes que ahora viven bajo dominio cristiano se denominan mudéjares y mantienen sus costumbres, su cultura y religión y su estructura de poblamiento. La propia aljama de Ebo se hace cargo de recaudar los impuestos que hay que pagar a los nuevos señores.
En la primera mitad del S. XV la Vall d’Ebo deja de ser patrimonio real para convertirse en un señorío porque el rey Alfonso V el Magnánimo hace donación de los valles de Ebo y Gallinera a su maestro racional Guillem de Vich. Los dos valles permanecen en manos de los Vich hasta el 1491 en que vienen la Vall d’Ebo a la familia Borja por 90.000 sueldos (Vall de Gallinera ya había sentado vendida, también a Borja, 4 años antes).
Época Morisca
Durante la revuelta antiseñorial de la Primera Germanía (c. 1523) se produce el bautizo forzado de todos los mudéjares que, ahora convertidos en cristianos, se conocen como moriscos. Los reciente convertidos tienen que aceptar la nueva situación pero en la intimidad o en lugares aislados como este conservan su religión y sus costumbres.
En esta época la aljama de la Vall d’Ebo está constituida por las alquerías de Bisbilan (la parte baja del pueblo), Benissuayt (la parte alta del pueblo), Serra, Beniçait, Solana y Cariola.

El 1535 se crea la parroquia de la Vall d’Ebo como entidad propia (antes dependía de Vall de Gallinera) y se construye la iglesia en el lugar donde se encontraba la mezquita musulmana, Hay conflictos entre el rector y sus feligreses.
La intolerancia hacia la población morisca está cada vez más agraviada hasta que se produce el decreto de expulsión el 22 de septiembre de 1609. Un gran número de moriscos del aljama de Ebo forman parte de la revuelta de la Vall de Laguar. A partir de noviembre de 1609 la Vall d’Ebo resto completamente vacío hasta que empieza la forestación.
El Repoblamiento
Como todos los nobles que han quedado sin vasallos para cultivar las tierras el duque de Gandía y conde de Oliva, Carles de Borja y Centelles, señor de los valles de Gallinera y Ebo, busca nuevos pobladores para sus dominios, al principio entre familias del propio reino de València, después de territorios mas lejanos.
La forestación de la Vall d’Ebo se hace con una gran mayoría de población mallorquina (de Artà, Campos, Manacor, Ciutat de Mallorca, San Juan y, sobre todo, Santa Margalida) y un pequeño contingente de gente de Pego. Los repobladores ocupan las casas abandonadas por los moriscos expulsados. La alquería de la Cariola resto sin repobladores.
Las familias de Pego se establecen en los dos poblados del centro del Valle: Bisbilan (que ahora pasa a denominarse Villans) y Benissuai, porque posiblemente fueron los primeros repobladores de Ebo, ya al 1610.
Los apellidos Sala, Sastre, Piera, Olzina o Sendra su apellidos de origen pegolino.
Els primers repobladors mallorquins ja estan documentats a l’estiu de 1610.
La carta de poblamiento (contrato colectivo entre el señor y los repobladores para el poblamiento de un lugar y el cultivo de la tierra) se firma a junio de 1611 en la plaza de Benialí, en Vall de Gallinera (puesto que la mencionada carta es conjunta para los dos valles). En la Vall d’Ebo, los mallorquines se establecen en los dos poblados mencionados y a los de la Solana, la Sierra y Benifaió (Benissit), pero estos tres últimos van despoblándose progresivamente y la población se concentra en Villans y Benisuay hasta que en el siglo XIX acaban constituyendo un único casco urbano llamado Ebo.f
Los apellidos Calafat, Mengual, Ribes, Femenia, Masanet, Llodrà, Montaner, Moll, Fraude o Alemán, que todavía perduran en el pueblo, son de origen mallorquín. Otros apellidos han desaparecido de las familias, pero han quedado arraigados en la toponimia como la font d’en Gili, la font del Monjo, la calle de Puig, las peñas de Fluixana, y otras.

También han quedado en la toponimia y en las costumbres palabras de origen mallorquín o referencias a su poblamiento como el barranquet de Mallorquín, los Espenyals, la majada de las Butzes, el morro de los Covalets, la cueva en Balde, el jugar a “conillons”, la canción infantil “rapa moixetes” o algunas formas peculiares del habla (gulla, gonia, devant, demunt, derrere, caregol, secorrar, la María, estrangulado, reñir, etc).
En el primer tercio del siglo XIX en un periodo que transcurre entre 1812 y 1837 desaparecen los señoríos como entidades jurídicas, se crean las diputaciones provinciales y aparecen los ayuntamientos constitucionales.
Siglo XX
Hasta mediados de siglo XX la vida cotidiana y el urbanismo en Vall d’Ebo sufren pocos cambios, aunque alrededor de 1930 se construye la carretera asfaltada que comunica Pego con la Vall d’Ebo, lo cual permite el tráfico de vehículos de motor y disminuye el tiempo del trayecto. A final de la década de los 50 se instala una conducción de agua que, desde el manantial de la Sierra, surte las cinco fuentes públicas que proveen el municipio y están situadas en la Plaza Mayor, la de Benissuai, la de Zaragoza, la calle de las Eras y la calle Blasco Ibañez. Unos años más tarde, en la década de los 60, se inicia la instalación del agua potable en las casas y la red de alcantarillado aprovechando la ocasión para asfaltar las calles y hacer las aceras.
Esos años centrales de siglo son muy importantes porque se producen adelantos a todos los niveles:
Respecto a la sanidad sabemos que, desde el siglo XIX, existe un médico en la nómina del ayuntamiento. En los años 40 del siguiente siglo, se hace cargo el Gobierno, creando el Cuerpo de Médicos Titulares, con sueldo mensual y disposición las 24 horas del día. En los 60 se construye el Centro Rural de Higiene, en la entrada del pueblo, que constan de vivienda y consulta (dotada de mobiliario médico e instrumental), luz y agua corriente.
En cuanto al sistema educativo, desde 1857 la enseñanza primaria era gratuita en España, pero no obligatoria. Por eso, el abandono por parte de los alumnos, por necesidades económicas, era bastante frecuente, lo cual provocaba un elevado analfabetismo. En los años 50 del siglo XX todavía se encontraban las escuelas de #niño y #niño separadas y en condiciones muy precarias. A principio de los 60 se construyeron las escuelas públicas y la vivienda de los maestros y desde los 70 la enseñanza primaria era gratuita y obligatoria hasta los 14 años.

Se crea la Sociedad Olivarera Virgen de los Desamparados, con almazara para elaborar aceite de oliva y un gran local anexo donde se guarda la trilladora. En los años 60, gracias a la iniciativa del cura del pueblo, Don Tiburcio, el gran local donde se guardaba la trilladora se transforma en un cine con lonja y butacas donde cada domingo se proyecta una película. Empresas otros municipios buscan mano de obra a domicilio para manufacturar bolsas de rafia, capazos de palma o cestos de mimbre para garrafas el que contribuye a la economía familiar.

Estas mejoras en la economía, junto las remesas de dinero enviadas por los emigrantes (desde los 50 existe una emigración progresiva hacia países como Francia o Argelia y también hacia ciudades como València, Alicante, Gandía, Oliva o Denia) permiten mejoras en las casas y en la manera de vivir de la gente, pero tienen, en consecuencia, un aspecto negativo para el pueblo: la despoblación.
Para aquellos que no han querido, o podido, estudiar aparece una oportunidad de progresar económicamente: el turismo. Durante esos años, el incremento de extranjeros en el litoral crea una oferta descomunal de trabajo en el sector constructivo. Esta situación permite volver al pueblo a muchos emigrantes. Estos cambios producen un abandono de la agricultura, convirtiéndola en una actividad secundaria y poco rentable.
Actualmente la Vall d’Ebo es un municipio de 230 habitantes (en 2009 tenía 282), con una población muy envejecida (49,3% mayores de 64 años). Los terrenos agrícolas corresponden a olivo (83%) y frutales (16,7%). La oferta comercial y turística consiste en 2 apartamentos, 4 casas rurales, 1 hotel rural, 3 restaurantes, 1 bar y una tienda. Tiene una Cooperativa Agrícola para gestionar la fruta y el aceite, y varias asociaciones de ocio, culturales y cívicas: Sociedad de Cazadores, Unión Musical, Asociación de Jubilados, Asociación de Mujeres, Asociación Cultural, Grupo de Teatro y una asociación antidespoblamiento denominada Ebo Vivo.